miércoles, 23 de enero de 2013

Sangre joven.

Somos jóvenes e ingenuos, nuestro estado de ánimo cambia como el viento, nos resulta difícil de controlar. Tenemos ese sabor agridulce entre los dientes, volvemos a enamorarnos, lo hacemos continuamente. Tenemos defectos, rasgamos nuestro camino a través del papel pintad de las paredes. Nos tumbamos bajo las estrellas por la noche, nos agarramos fuertemente los unos a los otros. Tenemos la esperanza de que nuestros secretos estarán bajo llave hasta que desaparezcamos. Nuestra promesas, las juramos al cielo. Nos marchitamos, sacudiéndonos frágilmente. Podríamos permanecer serenos aunque todo alrededor se desmoronase, nos daría igual. Apenas temblaríamos, y contaríamos todos nuestros errores, uno por uno, susurrándonoslos al oído. Somos jóvenes.


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