Balista: el antecesor de los cañones y la posterior artillería moderna. Es la balista, sí señor. Qué espléndida, qué tremenda, qué.....mierda. La verdad es que si comparamos esta especie de ballesta gigante con un Leopold alemán...bueno. La Balista se utilizó mucho durante los siglos del Imperio Romano. Lanzaba de todo, desde flechas gigantes, hasta piedras, pasando por bolas de metal. Era un arma eficaz que las legiones utilizaban en días en los que no tenían ganas de batallar mucho. La podían manejar dos hombres y posteriormente, algún lumbrera le añadió ruedas. Qué original
La Bombarda: la pieza de artillería más antigua que existe (sin contar los aparatos que lanzaban piedrillas de los romanos). Sus orígenes datan del año 1326, y es la precursora de los posteriores cañones. Se sabe que piezas como ésta se utilizaron en el sitio de Calais de 1346, entre otros, que dio comienzo a la guerra de los 100 años (duró 116 en verdad, pero quedaba más bonito "La guerra de los 100 años" que "La guerra de los 116 años"), la que algunos llaman como la verdadera primera guerra mundial, debido a que en ella participaron muchos países y reinos europeos de la talla de: Inglaterra, Francia, Escocia, Castilla, Génova, Aragón, Navarra, Bohemia, Mallorca, Portugal...
Cañón de los Dardanelos: otra monstruosidad, conocida como la gran bombarda turca. Medía 8 metros de largo y pesaba 20 toneladas. El sultán Mehmed II empleó 68 como estos en el sitio de Constantinopla de 1453. El cacharro podía disparar pedruscos de 1.200 libras, y para su funcionamiento se necesitaban 200 hombres (vamos, que el sultán se dejó medio ejército sólo para manejar los cañones, unos 13.600 hombres). El cronista griego Kritovoulos describió así el impacto de estos cañones: "...la piedra, disparada con enorme fuerza y velocidad, golpea la muralla, la cual se derriba inmediatamente cayendo sobre los defensores, matando a todo aquel que esté cerca..."
Zar Pushka: esta monstruosidad puesta en servicio en el siglo XVI por el hijo de Iván el Terrible de Rusia. Es considerado el cañón de mayor calibre del planeta después del Gran Bertha alemán de la Primera Guerra Mundial. Realmente es un cañón grande, decorado con relieves del propio Zar a caballo, un león en el lado frontal...una delicia para la vista. De hecho ahí se quedó, pues muchos dicen que como al Zar le gustaba fardar de su ejército, sólo creó el cañón para mostrar su propio poder, pues no consiguió lanzar los proyectiles de 2 toneladas que se supone debía lanzar. Hoy en día, el cañoncito está expuesto en Moscú, junto a la Zar Kólokol, la campana...más grande del mundo. Otra estupidez más para alcanzar el deseo ruso de tener las cosas más grandes del mundo, pero de ella hablaremos otro día, cuando toque una entrada de .....¿campanas?vaya.
Cañón Tigre: muy utilizado por la armada española en el siglo XVIII. Un cañonazo de éstos fue el que arrancó el brazo del almirante inglés Horatio Nelson de cuajo la mañana del 25 de Julio de 1797. El inglesito se lo pensó dos veces antes de volver a herir el orgullo de la armada. (Ese orgullo se vio mancillado 8 años más tarde, en la batalla de Trafalgar. Los españoles salieron con el rabo entre las piernas.)
Cañón de Gribeauval: diseñado por el matemático e ingeniero Jean-Baptiste Vaquette de Gribeauval allá por 1740. Es, probablemente uno de los cañones más utilizados de la historia de la edad moderna. Lo utilizó Napoleón en sus campañas, lo utilizaron en la guerra de Independencia de EEUU, ambos bandos, se utilizó en la armada española a partir de 1813 etc.
Gran Bertha: pasamos al siglo XX hablando de la pieza de artillería más temida de la Primera Guerra Mundial. Se puso en servicio en el año 1913, en el imperio alemán. Industrias Krupp los vendió a patadas a partir de 1914. Su significado del alemán es Bertha la Gorda, pues la esposa del Sr. Krupp se llamaba Bertha, y debía de ser bastante gorda. Esperemos que no pesara lo mismo que el cañón (43 toneladas) pues el Sr. Krupp lo pasaría realmente mal en las noches de pasión alemanas. Este cacharro era capaz de bombardear la ciudad de París a una distancia de 12 kilómetros, con proyectiles de 420 mm y 830 kg de peso (cágate...ya).
Cañón Leopold: Por si no les bastaba a los alemanes con el Gran Bertha, en 1939 se volvieron a superar creando esta tremenda monstruosidad, más monstruosa que todas las anteriores juntas. Es el Krupp528 (este hombre debió hacerse de oro vendiendo semejantes pepinazos), coloquialmente llamado Cañón Leopold (tranquilos, Leopoldo no era ningún familiar obeso de Krupp...parece que el hombre tenía más imaginación). Este cacharro pesaba cerca de 220 toneladas, lanzaba proyectiles del calibre 283 a una velocidad de más de un kilómetro por segundo, y daba en el blanco a una distancia de más de 60 kilómetros (cágate...más que antes). El cañón se transportaba ferroviariamente, y tenía un hermano, igual de grande, que se llamaba Robert (tampoco era familiar de Krupp).
Son buenos cañones, has hablado de algunos faboritos. Buena musica tambien.
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