martes, 18 de junio de 2013

Aquí arriba, en el aire, sólo estoy murmurando entre las nubes, deseando ser conocido por la persona que hace que pasen las horas de soledad. Bajé de la habitación y te vi bajo la lluvia, riendo con algunas personas, con el pelo cayendo libre por tu cara. Tus ojos hipnóticos y tranquilos, su resplandor escandinavo. Los siento como la llama de una vela en mis huesos fríos. Esta noche eres mi musa, a la que canto tratando de no ahogarme en el zumbido que provocas en mi corazón. 


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