Aquí arriba, en el aire, sólo estoy murmurando entre las nubes, deseando ser conocido por la persona que hace que pasen las horas de soledad. Bajé de la habitación y te vi bajo la lluvia, riendo con algunas personas, con el pelo cayendo libre por tu cara. Tus ojos hipnóticos y tranquilos, su resplandor escandinavo. Los siento como la llama de una vela en mis huesos fríos. Esta noche eres mi musa, a la que canto tratando de no ahogarme en el zumbido que provocas en mi corazón.
martes, 18 de junio de 2013
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