Durante todo este tiempo, me he dedicado a meditar sobre esto.
No puedo hacer nada más.
 Pensé que no me rendiría, pero un buen soldado sabe perfectamente cuando retirarse. Y este es el momento de retirarse, pero no antes de gastar el último cartucho, la última cerilla.
Me encuentro sólo, en un bosque oscuro, buscando aún no sé el qué.
Pero no me voy a engañar, sé qué es lo que busco. Pero la impotencia de saber que no lo encontraré puede más que la esperanza que tanto ansié.
Nada volverá a ser lo mismo, al menos para este buscador de tesoros perdidos en el olvido de la memoria.
Un tesoro que un día tuve en mi mano y lo dejé escapar con la misma facilidad con la que apareció en mi vida.


Supongo que, será mejor que deje de buscar, apagar mi esperanza, antes de que sea el propio tesoro que busco quien la apague.


Mejor quemarse que apagarse lentamente.

No quiero estar ni un minuto más
deshojando una verdad que me mira a la cara de cerca y no se larga.
No quiero ser el que sabe más, el que nunca falla.
Detesto ser el que va detrás.
No me da la gana.
Mañana, que hoy estoy fatal
que a ti nadie te grita
Lo hago porque corre tu sangre por mi tripa.

Las ganas y la complicidad ardieron en tu infierno
Las palabras de un tercero me convencieron de aquello.


No sé lo que hacer, supongo que sentir no siempre es comprender.
Puede que a tus ojos ya sólo sea una persona más, pero soy único, te lo puedo asegurar.


Busco y encuentro en los restos de mi memoria
recuerdos imborrables e irreversibles. 
Nunca olvidaré lo que perdí, recuerdos que aún encuentro visibles.

Mi nombre es John Marshton. 

Estoy aquí para capturar o matar a Bill Williamson.

-Saben cuáles son las llamadas misiones especiales, caballeros?
-Sí señor. Las misiones en las que te premian con medallas que dan a tu familia señor.

La Historia la escribe el vencedor.

Una Historia llena de mentiras.

Si él vive y nosotros morimos su verdad prevalecerá.

No la nuestra.

Sheperd será un heroe,

porque se puede cambiar el mundo con una mentira y un rio de sangre

Está a punto de culminar el mayor farol de la historia

pero solo si él vive y nosotros no...

Volviendo a la 505
7 horas volando, 45 minutos conduciendo
En mi imaginación esperas acostada de tu lado, con las manos entre tus piernas...

Detente, aguarda un segundo
Cuando te miro, esperando algo...
Probablemente te siga adorando, lo hice la última vez que te miré.

El miedo a una aventura, es el mejor lugar para empezar
Pero me desmorono cuando parece que me tendrías que recibir diciendo adiós.
Separaste mis manos de las tuyas demasiado pronto

Estoy volviendo al 505
7 horas volando, 45 minutos conduciendo
En mi imaginación aguardas acostada de tu lado,
con las manos entre tus piernas, sonriendo.
Sonriéndome.

Nadie lucha solo.

Su nombre no figura en la lista, no iba en el avión.

No estamos solos en la isla.

Mientras perdía el conocimiento podía escuchar los gritos de los moribundos.

Personas aplastadas y sepultadas por los escombros y quemadas vivas en los incendios.

Trish perdió a su hermana, casi me perdió a mi.

Zeke seguía ahí, seguro de alguna forma de que despertaría.

Mientras, afuera, la ciudad se desmoronaba.

La explosión, seguida de la plaga bioquímica, robos, violaciones, asesinatos...

el suicidio de la civilización.

En un vano intento de contener la plaga, el gobierno bloqueó cualquier acceso a la ciudad.

Encerrándonos con todos esos psicópatas y asesinos.

No había policías en las calles, todos habían muerto o se habían ido corriendo por temor a enfrentarse a los que ahora lo controlan todo.

Fuera, todo estaba mal. 
Pero dentro, en mi...

... algo estaba ...

brotando.

Al principio sentí miedo, no podía hablarlo con expertos, no sabía qué era lo que me ocurría.

Pero con el tiempo, aprendí a controlarlo, a dominarlo.

Sólo espero que ...

... aún no sea tarde.