No siempre puedo combatir la naturaleza de las personas.
No siempre puedo combatir contra el cambio.
Rendirme. Eso es fácil.
Pero si me rindo, estaría en contra de mi naturaleza.
Es una paradoja.


Pero hay veces en las que uno debe saber cuándo rendirse. Quizás este sea un buen momento.
Ya he fracasado dos veces. No quiero una tercera. 
Me quedare aquí, esperando a que las cosas vengan, como he hecho siempre supongo. 
No llegaré lejos a partir de este pensamiento, lo sé. Pero hasta hace unos días, mi corazón pertenecía a alguien que lo rechazó dos veces. Supongo que de alguna forma, sigue perteneciendo a alguien en especial.
Aunque no lo quiera.
He vuelto a caer. He vuelto a caer en el bucle. Todo se me viene encima. Todo a mi alrededor se derrumba.
Ya me ha pasado más de una vez. 
Y si me dieran la oportunidad estoy completamente seguro de que volvería a caer en él otra vez, volvería a intentarlo a pesar de que me rechazara por tercera vez.
Estúpido.
¿Es esa la palabra? Unos dicen que sí, otros que no. Otros...prefieren no opinar.


No puedo dejar que la ira, la culpabilidad o el odio sean los que den rumbo a mis actos, no puedo culpar a alguien por lo que sienta...o no sienta.


Esta vez venía buscando el corazón, esta vez buscaba el perdón, esta vez buscaba volver a sentirme velado.
Pero no hallé nada, no hallé nada excepto un adiós.


El destino lo escriben los vencedores. 
¿Soy yo un vencedor? es esta una victoria? una derrota? Los hechos no dicen lo contrario.


Supongo mi amor.
Supongo que nuestro tiempo ya pasó. 
Te pido disculpas, disculpas por mi cobardía, el no decirte lo que debía en el momento preciso. Quizás, quizás todo habría salido bien. 
Pero ya es tarde para lamentar.


Puedo contar contigo, puedo contar con tu amistad. Pero yo no buscaba eso, buscaba algo más.
Es duro asimilar lo que ahora me rodea. Intentaré llevarlo lo mejor que pueda.


Ahora estás en paz. Espero que lo estés. Pues yo ya no te molestaré más. 
Cada uno seguirá su camino, como lo hicimos antes de que nuestros labios se juntaran una tarde de Invierno.
Será difícil, para mí lo será. Supongo que tardaré mucho en volver a ser la persona que creía conocer.


Con lágrimas en mi rostro, escribo arrepentimiento, amor y tristeza. 
Siempre pensé que te encontrabas fuera de mi alcance, nunca me equivoqué. 


Te quiero. Siempre lo he hecho.