Cuando tenía 20 años exigí mayor justicia social.
Me gritaron que era prematuro.
A los 30 años pedí una mayor justicia social.
Me dijeron que era prematuro.
A los 40 años sugerí la conveniencia de una mayor justicia social.
Me insinuaron que era prematuro.
Hoy, un jovenzuelo me ha exigido mayor justicia social.
Le he gritado que es prematuro.
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