Cuenta la leyenda que, durante la boda de Peleo y Tetís, la diosa Eris, la diosa de la discordia, que no estaba invitada a la celebración, lanzó una manzana de oro al interior de la estancia.
En la manzana estaba ecrito: "a la más bella". Acto seguido, las diosas Atenea, Juno y Afrodita, se lanzaron para tomar la manzana, y enseguida comenzaron a discutir acerca de quién de las tres era la más bella.
Zeus pronto intervino, y decidió dejar la dichosa elección a un simple mortal. El elegido fue Paris, príncipe de Troya, hijo del rey Príamo.
Las tres diosas, acompañadas del dios mensajero, Hermes, bajaron a la Tierra y fueron al encuentro del joven príncipe. Hermes le explicó la situación a Paris, el cual se sentó sobre una roca a contemplar a las diosas.
Las diosas le ofrecían recompensas con el fin de atraer su atención; Juno le ofrecía poder; Atenea, sabiduría casi ilimitada, y Afrodita le ofrecía una mujer, la más bella de Grecia.
Finalmente, Paris se dejó llevar por la recompensa ofrecida por Afrodita, y ésta fue elegida la más bella por el joven troyano.
Poco después, Paris conoció a Helena, la más bella de Grecia, esposa del rey Menelao, y juntos escaparon a Troya, causando así la guerra, que diez años aguantó Troya, sitiada por la ambición de poder y venganza.
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