¿Acaso un hombre no tiene derecho al sudor de su propia frente?
"¡NO!", dice el hombre de Washington; "¡PERTENECE A LOS POBRES!"
"¡NO!", dice el hombre del Vaticano, "¡PERTENECE A DIOS!"
"¡NO!", dice el hombre de Moscú, "¡PERTENECE A TODOS!"
Yo rechacé esas respuestas. En vez de eso elegí algo distinto, ¡elegí lo imposible! Elegí...Rapture. Una ciudad donde el artista no tenía que temer al opresor, donde el científico no estaba limitado por la anemia moral, donde los grandes no estaban constreñidos por los pequeños; y con el sudor de tu frente, Rapture también puede ser tu ciudad.
BIENVENIDO A RAPTURE...
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