Simplemente no puedes dejar que me vaya, ¿verdad? Esto es lo que sucede cuando una fuerza imparable se topa con un objeto inamovible. Realmente eres incorruptible, pero no me vas a matar, por algún extraño sentido de justicia propia. Yo tampoco voy a matarte, porque eres demasiado divertido. Creo que tú y yo estamos destinados a hacer esto para siempre.
jueves, 8 de noviembre de 2012
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